La mayoría de peregrinos llegan a Santiago de Compostela con el cometido de visitar la tumba del Apóstol tras una larga andadura por el Camino. Pero, cada vez más, los hay que, procedentes de medio mundo y tras haber recorrido miles de quilómetros, se plantan en la ciudad con un objetivo añadido: visitar el Café Venecia, verdadero templo del café compostelano. «Desde la película The Way ha habido un incremento notable del turismo americano y australiano, donde ahora el café es una tendencia brutal, que llega a nuestra cafetería demandando los cafés de filtro y el nitrocafé que beven en su país». «Se sorprendren al ver que en España toda una revolución cafetera está en marcha», explica Óscar De Toro, propietario del establecimiento.
Y no vienen por casualidad. Llegan atraídos por la fama que precede al establecimiento y por las recomendaciones de blogs de viajes que hablan maravillas de él. Algunos van incluso con su ubicación marcada literalmente en el mapa. «El nombre de Café Venecia y Santiago están ligados al café; tan solo hay que ver que la primera hoja de nuestra carta es de cafés y desayunos», cuenta De Toro. «Ofrecemos desde cafés con acabado frozen en verano; más calientes y alcólicos en invierno; e incluso un mojito con un licor de café, que es de la tierra». Ello además de los últimos métodos en elaboración de café con las cafeteras Chemex y Aeropress. Pero ¿de dónde viene la tradición cafetera? «Sin duda, de mi padre, Antonio De Toro -fundador del establecimiento en 1962- quien a base de ensayo y error fue evolucionando en la elaboración de café; él nos enseñó que al cremar la leche nunca se debe llenar la jarra y que ésta tampoco se tiene que reutilizar». «Ahora, todo ha cambiado y, con las nuevas tecnologías, el conocimiento está al alcance de todos», apunta.
Café Venecia disfruta en la actualidad de su posición de privilegio como cafetería de referencia desde un emplazamiento turístico como Santiago de Compostela, al final del concurrido Camino. Desde allí, De Toro, laureado barista que lo regenta desde 1994, se encarga de proyectar su buen nombre compartiendo, en su faceta de formador, sus experiencias como barista. «No vivo de rentas y cada día me sigo preparando; doy muchos cursos de formación y no solo en Galicia sino por toda España y también en las islas». «Cada vez son más las cadenas, empresas y hosteleros que se dan cuenta de la necesidad de formarse para ofrecer a sus clientes lo que estos demandan; el sector está haciendo los deberes», comenta. A pesar de ello reconoce que queda mucho por hacer ya que «todavía hay sitios donde sirven torrefacto».
Disfruta de su posición como cafetería de referencia desde un emplazamiento turístico como Santiago.
¿Y el futuro? Seguro que será tan brillante como el presente. Primero por la imagen renovada que luce el local tras una reciente reforma. «Hemos dado más peso al café y hecho un ambiente más cómodo, con una buena luz para que el cliente pueda sentarse a tomar un café y trabajar y luego vuelva». Y después porque De Toro es un alma inquieta con «una libreta llena de ideas», entre ellas, comercializar aceite infusionado con café -que ya está llevando a cabo- o ofrecer menús elaborados con café. Con alguien así a su frente, está claro que si la moda de poner el nombre del barista que te hará el café en una pizarra cuaja aquí igual que en Londres, seguro que el Café Venecia será el primero en aplicarla. Por si fuera poco, el café añadió a su afamada trayectoria como cafetería un nuevo hito aunque esta vez por un tema de azar, nada que ver con el café. Repartió, en la administración que tiene anexada, nada menos que más de 500.000 euros en premios la pasada Navidad. O sea que si se acercan al establecimiento pidan: café y boleto…¡por si las meigas¡
Fotos: Facebook de Óscar De Toro
Redacción